Datos del personaje

Trata de una pequeña niña de unos 10 años. Todo comienza con la muerte de su abuelo, el viaje de negocios de sus padres y la misteriosa casa de su abuela.
El primer capítulo trata desde los 10 años hasta los 15 de esta chica.
Imagen física de la chica, cabello color chocolate y ojos color caramelo, piel blanca como la luna, con una dulce y perenne sonrisa.
Es una chica que pasa de una monótona vida a una vida que en ocasiones, enloquece, enamora o incluso asusta. En fin, como la mayoría de las historias, pero esta es diferente, ¿por qué? Por que esta va a ser mi primera historia.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Séptimo Capítulo. No te vayas.

Poco después de empezar a arreglar el columpio, mi abuela me avisó de que la comida estaba preparada y después de comer no me quedaban ganas de hacer nada. Me fui al desván, cerré la puerta y me apoyé en ella, las lágrimas no paraban de brotar. Que frustración, nunca podría tener amigos, nunca, y a qué venía ese juego de los besos, sólo era eso, un juego, que me estaba tomando demasiado enserio. Tenia la mente colapsada, tenía rabia y muchas lágrimas que no paraban de salir. Un poco más relajada levanté la vista y miré enfrente mía, la ventana estaba abierta pero ningún papel ni tela se movían, le habría prestado atención pero estaba demasiado cansada, sólo me acurruqué en el rincón más cercano.
Me rozó una mano, algo fría y áspera, ya despierta pero aún con los ojos cerrados descubrí que, al parecer, me dormí allí. Unos labios tiernos y suaves, algo mojados me besaron la frente, se apartaron lentamente...No, más besos no... Abrí los ojos, por un momento la luz me deslumbró pero poco después conseguí ver mejor la silueta que se encontraba frente a mi, era "el ocupa" iba a darle un tortazo cuando me percaté de que estaba diferente, triste, lo miré a los ojos, los tenía llorosos hasta el punto de que una lagrima estaba apunto de caer, intentó sonreírme pero no pudo, yo aún lo miraba fijamente, cuando él se levantó, tenía las rodillas enrojecidas de arrodillarse en el suelo durante demasiado rato, me despeinó y dijo con una voz suave y susurrada, "Siempre te echaré de menos". Volví a cerrar los ojos, tenía que ser un sueño.
Desperté, estaba en mi cama. ¿Qué había ocurrido?. Intenté recordar, pero sólo me parecía un triste sueño. Me levanté, buscaba a Rafa y al "ocupa", pero en la habitación de éste último sólo encontré libros, fotos, revistas, muchas maletas... era la perfecta habitación de una chica. En las fotos vi a Nico con una chica, la cual le besaba la mejilla, cogí la foto, por detrás decía "Míriam y Nicolás. Primer verano juntos". La dejé donde estaba y bajé al salón, allí sólo encontré a esa extraña chica y a mi abuela. Se reían mucho, la chica tenía una sonrisa perfecta, pelo dorado hasta la cintura, piel canela, ojos verdes y cuerpo de modelo.
Me froté los ojos para desperezarme, al apartar las manos, todos me observaban, incluso Cristian que llegaba con una bandeja llena de dulces, yo no dije nada y me senté en el sofá, aún seguían mirando.
-¿Nico?.-Conseguí decir. Mi abuela me miró con cara de enfado y miró a la chica.
-Em, yo soy Clara, su nieta.-respondí rápidamente mirando a mi abuela.-Encantada.
La chica perfecta me sonrió, parecía buena persona.
-¡Miriam!.-Dije espontáneamente.
-¿Si?, ¿te conozco?.-Preguntó con la sonrisa bailando en sus carnosos labios y la frente algo fruncida.
-Si, digo no, digo...-Comencé a mirar mis manos que jugueteaban con los dedos por los nervios sobre mi regazo.
Empecé a asustarme, había entrado sin su permiso a su habitación, menudo comienzo. De repente un "Flash" dejó casi ciegos mis ojos, la chica me había sacado una foto desde el sillón de enfrente.
-Lo siento, no lo pude evitar, te veías tan linda.-Todos mis músculos se relajaron, quizás no se tomara tan mal mi pequeña invasión de la intimidad.
-¿Cuántos años tienes?.-Interrumpió mi abuela dando fin al espectáculo.
-Tengo 21, pero en Noviembre cumplo los 22.
-Al parecer nos diferencia un año.-Intervino Cristian interesado.
-Supongo. -Repuso la chica con una perfecta sonrisa.
-¿Estudias, trabajas...?-Mi abuela siguió, sin darle importancia.
-Aún estudio, pero ya estoy terminando. También trabajo en una heladería cercana a tiempo parcial.
-¿Qué has estudiado?.-De nuevo Cristian interesado, no me extraña, esa chica parecía no tener defectos.
-Magisterio.
-¡Anda!, lo mismo que Cristian.-Respondí divertida.
Cristian me miró sonrojado con una mirada fulminante. Yo me fui, tenía hambre, ya eran las 6 de la tarde y en el almuerzo no había comido casi nada. Sobre la mesa de la cocina aún estaba lo que había comprado con Rafa, este mismo día se había ido y ya lo echaba de menos, Nico tampoco estaba... Claro, ya estaba aquí Miriam.
Me dirigí al frigorífico, allí había una nota, "A las doce de la noche en el desván" No sé si era una nota de Nico, de Rafa, de mis padres o del espíritu santo, pero la cogí y la guardé, a continuación cogí un yogur, la bolsa de la ferretería y una cuchara. Ya en el jardín, no paraba de darle vueltas a lo que había ocurrido, Rafa se había marchado enfadado conmigo, y Nico llorando... Mis pensamientos se interrumpieron con la canción "Se está haciendo tarde" de "Maldita nerea" que salía de mi bolsillo, mi móvil. ¿Quién me llamaba?. Hacía apenas tres días que Cristian me había regalado su antiguo movil, nunca había tenido uno, así que no estaba acostumbrada. Era Rafa, le cogí la llamada rápidamente.
-Clara, lo siento, estarás ocupada.-Dijo antes de que le pudiera saludar.
Tras mirar por unos segundos el columpio a medio arreglar tirado en el césped, respondí-No, la verdad, ¿qué te ocurre?.
-Te necesito, voy a tu casa, espérame.-Y cortó.
Pero, a este qué le pasa. Fuera lo que fuese ya había llamado suficientemente la atención así que decidí que habláramos fuera de casa.
-Abuela, voy a salir.-Me miró algo sorprendida pero me dejó ir sin decir nada.
Abrí la puerta, allí estaba con los ojos rojos. No me lo esperaba tan destrozado aunque yo no pude hacer otra cosa que lanzarme a sus brazos, creo que necesitaba un abrazo tanto como él. Lo único que él repetía era repetidos "lo siento" en mi oído. Me dijo que no lo haría más, que si pudiera, me devolvería aquel beso robado, que no podía alejarse de mí.
Al final, esa tarde la pasamos juntos, tomando helado de chocolate. Sus tíos le habían visto de capa caída así que lo habían animado a salir.
Al llegar a casa acompañada por Rafa, él se fue, y yo me subí al desván era cerca de las doce, ya sabía que Rafa no era. En el salón sólo quedaban los "tortolitos" parece que Cristian y Mirian habían congeniado muy bien. Al llegar al desván, no había nada, ni cuadros de mi madre, ni fotos... Nada, el desván estaba como la primera vez que subí cuando era pequeña, ropa vieja, cajas, un gran baúl marrón... Empecé a preocuparme y a mirar de un lado a otro, no podía ser.
Una brisa rozó mis mejillas, aún estaba la ventana abierta, cuando fui a cerrarla, no pude, empezaron a entrar pétalos de jazmín, y unas voces que reconocí a la primera, retumbaban por todos lados.
-Clara, ya no podemos hablar más contigo, nos han avisado varias veces, pero no les hicimos mucho caso, por eso, vas a tener que pagar tú. Todos nuestros recuerdos se borrarán de tu mente, sólo recordarás que desde pequeña estás con tu abuela, que al poco de nacer tú, nosotros tuvimos el accidente. Será duro para ti, pero no podemos hacer otra cosa, una persona te protegerá, pero no dejes que se vaya, está apunto de marcharse.
Las voces de mis padres cesaron, la vista se me comenzó a nublar, caí al suelo, no podía parar de llorar, al parecer tendría que olvidarlos... Tras unos instantes en el suelo repasando lo que me habían dicho <<... una persona te protegerá, pero no dejes que se vaya, está apunto de marcharse.>> -Una persona...-repetí. NICO, tenía un presentimiento y casi sin pensarlo salí corriendo del desván. Al llegar a la puerta me paré en seco, no sabía donde estaba la casa de Nico. De la nada apareció Miriam, y como si me hubiera leído la mente, cogió mi mano sin mediar palabra. Las dos fuimos corriendo a su casa, y allí estaba, Nico estaba apunto de salir a un viaje que parecía demasiado largo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario