Datos del personaje

Trata de una pequeña niña de unos 10 años. Todo comienza con la muerte de su abuelo, el viaje de negocios de sus padres y la misteriosa casa de su abuela.
El primer capítulo trata desde los 10 años hasta los 15 de esta chica.
Imagen física de la chica, cabello color chocolate y ojos color caramelo, piel blanca como la luna, con una dulce y perenne sonrisa.
Es una chica que pasa de una monótona vida a una vida que en ocasiones, enloquece, enamora o incluso asusta. En fin, como la mayoría de las historias, pero esta es diferente, ¿por qué? Por que esta va a ser mi primera historia.

domingo, 7 de octubre de 2012

Decimotercer capítulo. ¿Ana?

Hoy 1 de Agosto, Mimi y Cristian se van para vivir juntos, en el piso de Cristian. Han ido por la mañana a limpiar, y a medio día vendrán a comer y se llevarán los muebles que puedan. Que romántico, me gustaría tener una historia así...y pensar que apenas se conocen desde hace unos meses, que hace unos meses sólo estábamos mi abuela y yo. Si no hubiera pasado todo esto seguramente ahora seríamos dos pasas deshidratadas de tanto llorar.
Aún sigo viendo de vez en cuando la plumas, he buscado información, y nada, la pluma que más se parece es la de paloma, pero, es un blanco aún más puro, y cuando estoy apunto de cogerlas, desaparecen. En cambio, ya no he vuelto a ver las alas de Nico. Estoy empezando a pensar que me he vuelto loca... Quizás que tengo que ir a la óptica.
De nuevo mis pensamientos se ven interrumpidos por alguien que salta a mi cama.
-¡Hola!- Me dice mi prima pequeña, María, hacía mucho tiempo que no venía y le toca dormir conmigo, vino hace tres días. Ella es una chica muy madrugadora, digamos que son las 9 y ella lleva más de una hora cantando, saltando, dibujando... Yo, en cambio, me hacía la dormida.
-Hola peque, ¿cómo has dormido?.
-Bien, me gusta mucho que el colchón esté en el suelo, es muy divertido.
-¿Por qué?.
-Porque así no hay monstruos debajo de mi cama, de todos modos, yo antes de dormir salto sobre el colchón y los mato a todos.-No sé si reír o preocuparme por una futura caza monstruos.
Me encantaba la imaginación de mi prima, y lo decía con una voz tan alegre, unos ojos tan brillantes, es como si cada uno de sus días fueran una nueva aventura. Por otra parte, yo no tengo muchos recuerdos de mi infancia, de nuevo esa sensación de tristeza, añoranza... Fueron interrumpidos por la pequeña.
-Clara, ¿y eso?- Me dijo señalando mi cuello.
Me levanté y me dirigí al espejo, tenía un chupón, no sabía como había llegado allí, supongo que sería alguna travesura de los chicos, si era así se estaban pasando. Quería pensar que era de mi propia prima, mientras dormía.
-Quizás sea de haberme golpeado con algo.
-¿Te duele?.
-No, peque, vamos a desayunar.
-Vale.
Se fue corriendo, que energía. La verdad es que no era un chupón cualquiera, era muy morado y se notaba mucho, así que decidí tapármelo con el pelo, ese día tocó felpa.
Al salir del cuarto, topé con Nico y este empezó a reír.
-¿Qué te pasa?
-¿Por qué te tapas el cuello?- Dijo entre risas.
-Fuiste tú...
Siguió riendo y cuando estaba a punto de marcharme paró de reír y me cogió la muñeca, me acercó a él y me besó la frente.
-Lo siento, es que en la madrugada me levanté y fui al servicio, como para llegar allí tengo que pasar por la puerta de tu cuarto, me asomé un poco, y vi como la luz de la luna iluminaba tu cuello, así que no lo pude evitar.
-Eso no es razón y lo sabes, además que poeta te has vuelto "la luz de la luna".-Imité mientras me mostraba su perfecta dentadura y me guiñaba un ojo.
-Además, es la única forma con la que puedo hacer que no te olvides de mí, ya que aún no conseguí el suficiente dinero como para comprar un anillo.
Después de esto, se fue, yo me quedé paralizada, no sabía que hacer, que decir... Decidí entrar de nuevo a mi cuarto, me senté frente al espejo y me quedé embobada, mirando como... ¡el bobo ese había ensuciado mi piel!. Me acerqué al armario y cogí un pañuelo, en verdad no pegaba con el pijama, pero cada vez que me viera el chupón me entrarían ganas de matarlo. ¿Un anillo?¿Está loco?Bueno, sería algo más...¿normal?¿usual?.
Al salir, vi a Rafa, estaba muy arreglado, y además había dejado en el pasillo una agradable fragancia.
-¡Rafa! ¿A dónde vas tan arreglado?
-Bueno, he quedado con una chica.
Mi mundo se paró, la mente se me quedó completamente en blanco, una chica...
-¿Si? y ¿cómo se llama la afortunada?
-Bueno, no la conocerás, se llama Ana. Clara, lo siento, he de irme, adiós.
Bajó corriendo y lo último que escuché fue cerrarse la puerta de la entrada. Una chica, y un chico, solos, era una cita... En ese momento, se me pasaron por la cabeza todos lo besos robados, todas las palabras en el oído... ¿De qué iba este chaval? Extrañamente me enfadó un poco, no debería importarme, total, no me gustaba. De repente, unas pequeñas manitas tiraban de mi pijama.
-Vamos Clara... Los dibujos ya terminaron, yo tengo hambre y la abuela se ha ido con sus amigas...
Me giré y vi a mi prima, parecía un pequeño cachorrito indefenso.
-María, a todo esto, ¿por qué has venido tú sola? ¿Y tus papás?.
-Mis padres en casa, es que los titos me mandaron.
Me quedé pensativa unos minutos, a qué titos se referiría.
-Sí, Clara, tus papás.-¡¿mis padres?!.

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