Datos del personaje

Trata de una pequeña niña de unos 10 años. Todo comienza con la muerte de su abuelo, el viaje de negocios de sus padres y la misteriosa casa de su abuela.
El primer capítulo trata desde los 10 años hasta los 15 de esta chica.
Imagen física de la chica, cabello color chocolate y ojos color caramelo, piel blanca como la luna, con una dulce y perenne sonrisa.
Es una chica que pasa de una monótona vida a una vida que en ocasiones, enloquece, enamora o incluso asusta. En fin, como la mayoría de las historias, pero esta es diferente, ¿por qué? Por que esta va a ser mi primera historia.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Décimo capítulo. Nico.

Sólo queda una semana para las vacaciones, mis más ansiadas vacaciones, últimamente, Cristian se ha portado muy bien con nosotros en lo exámenes, gracias a Mimi. Ya oficialmente, son novios, desde el día 2, que romántico... La abuela sigue tan energética como siempre, los chicos, en fin, aún no son muy amigos...

***

Le acabo de entregar el examen a Cristian, creo que ahora subiré a dormir un poco, llevo toda la noche repasando y toda una semana preparándome el examen, Nico me mira preocupado, ¿qué le pasará? quizás no le fue tan bien como a mí el examen.
Terminaron las clases por hoy, así que pensaba ir a mi cuarto, todos pensamos lo mismo, en cambio mi abuela, no. Estaba limpiando las habitaciones y no podíamos entrar por nada del mundo. Subí al desván, tenía ganas de dibujar, así por lo menos me distraería. Cogí un lienzo muy grande y empecé a dibujar, alguien me abrazó por la espalda, sobresaltada, me giré y acabé tirándolo todo. Me encontraba tumbada sobre el lienzo, Nico me miraba fijamente, estaba sobre mí, con las mejillas llenas de pequeñas gotas de pintura. Empezaba a escuchar mi propio corazón, él cada vez se acercaba más y más a mí, su nariz rozaba la mía, sus perfectos ojos, no se apartaban de los míos, yo cerré los ojos y él comenzó a reír.
-¿De verdad pensaste que te besaría?.
Continuaba riendo, yo no dije nada y él se levantó ofreciéndome su mano, la rechacé y me levanté por mí misma. Paró de reírse y miró al suelo.
-No te besé por que tengo miedo, miedo al rechazo, miedo al no poder volver a mirar tus bellos ojos, miedo a perderte...
Estaba recogiendo las cosas, no podía creer que dijera eso, y menos él, Nico. Me giré y me estaba mirando con ojos tristes, apagados. Al verlo así, me acerqué a él sin pensarlo dos veces, apenas rocé su cara cuando él me cogió de la cintura y me besó. Era un beso tierno, pero fuerte, suave, pero rudo, de esos besos que no se olvidan. Poco a poco se fue alejando de mí en realidad no quería que terminara, pero terminó.
-Lo siento princesa, pero soy de esas personas que prefieren arrepentirse de lo echo que de lo que no pudieron hacer.
Me besó la frente y se fue. Empezaba a hartarme ese jueguecito de niños, quería una explicación. Salí del desván intentando llegar a Nico, pero me fue imposible, topé con Rafa y él me cogió de la mano.
-Rafa, ¿qué te ocurre?.- No, más besos no, esto me esta hartando.
Su respiración era ajetreada, no pudo articular ninguna palabra, cuando se desplomó. Llamé a Cristian, que subió rápidamente y lo llevó a su cama. Pasaron unos minutos y se despertó. Estábamos allí todos, mi abuela le tocaba la frente para ver si tenía fiebre.
-No sé que me pasó.-Intervino Rafa con una débil voz.
Dejamos a solas a Cristian y a Rafa mientras la abuela llamaba a un médico. Poco después vino una ambulancia y se lo llevó. Mi abuela se fue con él, y Cristian y Mimi lo siguieron con el coche. Esa era mi oportunidad. Nico estaba sentado en el sofá, viendo la tele, yo la apagué y me senté a su lado.
-¿Por qué la apagas?.
-¡¿Por qué me besaste en el desván?!.
-Porque estábamos allí, si llegamos a estar en el jardín, allí te hubiera besado.-contestó chistosamente.
-No me hace gracia, quiero que paréis de jugar conmigo.
-¿A ti te parece un juego?.-En ese momento dejó de reír, se puso tenso y serio.
-Si.
Estaba levantándose para irse pero yo le sujeté el brazo.
-Dame una explicación, por favor.
-¿Una explicación?. -Tras una leve pausa de incómodo silencio.- Que te necesito, que desde que hablamos aquella tarde en el jardín apenas me diriges la palabra, que siempre te veo con Rafa tan cariñosa y la principal razón...
No sabía si quería saberla, nunca lo había visto así estaba nervioso, enfadado, triste...
-... La principal razón es que te quiero.
-Lentamente le solté el brazo, él se fue a su cuarto, y lo último que escuché fue un portazo.

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